El llamado de volver al equilibrio.
Los mensajes van caducando, el proceso se hace intenso, este llamado de hace algunos meses de volver al equilibrio también va pasando. Las abejas me decían que están felices de que las mujeres nos hayamos empoderado de nuestra propia sanación. Pero también dicen que nos cuidemos de no volver a caer en el desequilibrio, porque estábamos a veces muy intensas en muchos aspectos como el control o la falta de reverencia ante el Divino Masculino, en los hombres de nuestra vida. Como que estamos muy altivas y rebeladas, como que a veces perdemos nuestro propio equilibrio o no sabemos complementar nuestra energía sinérgicamente con nuestras parejas. Que no olvidemos que todos estamos sanando, a ellos se les prohibió mostrar su vulnerabilidad también hace mucho, ellos también sanan a su manera, no les gusta abrirse tanto como a nosotras, son más reservados en sus procesos, pero son tan Divinos y sensibles como nosotras.
En la colmena, que podríamos decir es un organismo predominantemente femenino ya que lo rige una reina y muchísimas obreras que trabajan con la fuerza del amor, existen también los zánganos en porcentaje muchísimo menor, sin los zánganos se perdería el equilibrio en la colmena, hoy somos más mujeres en el mundo y muy poderosas y ese poder hay que aprender a usar sabiamente para no volver a la vieja historia del extremo. Necesitamos complementarnos tan sinérgicamente con nuestra energía masculina como con el género masculino también, para enfrentar las realidades que hemos creado. Imaginen todas las mujeres del mundo trabajando como obreras sin matriarcados, sin el apoyo de todos los hombres despiertos, equilibrados y sanos también, no podríamos hacer nada.
El llamado es de volver al equilibrio, eso se logra enfocándonos en nuestro centro, en el Shunku, en nuestro Corazón. En nuestra colmena, en nuestro núcleo familiar. Empoderarnos de nuestra propia sanación, la armonía en nuestras relaciones como familia. Es el tiempo de liberarnos tanto individual como colectivamente. Hay mundos de abundancia para todos quienes trabajemos como abejas por un mundo mejor por convicción y auténticamente. Pero estos tesoros, no descenderán a nuestras vidas si en el plano terrenal hay demasiada discordia, ambición, desesperación o falta de confianza y si los canales no están limpios, la abundancia no descenderá.
Si el tema de lo femenino y la espiritualidad se llega también a tomar como moda, incluso a corromperse y así también sin darnos cuenta perdemos credibilidad y respeto de los hombres hacia nosotras, ya que a veces podemos sentirnos todopoderosas e incluso tomarlos por sentado, como que siempre estarán ahí, como que tenemos el derecho que nos sigan aguantando. En este proceso de sanación si bien lo que más necesitamos es volver a enamorarnos de nosotras, tampoco podemos perder la humildad.
En mi proceso personal desde que comencé a dejar de imponer mis ideas y a escuchar más a mi pareja, nos ha ido mejor, hay mas armonía y los caminos se van abriendo.
Entonces el mensaje final es el de recuperar el equilibrio en uno mismo, en nuestro núcleo, para así poder reflejar la armonía de nuestro microcosmos al gran cosmos.
El tiempo ha pasado desde el llamado de volver a la unidad y siento a veces que nuestros egos y sentimientos de baja frecuencia como la envidia, el miedo, la competencia, el rencor; podría ser un impedimento para aprobar el exámen final. Hace algunas semanas que solté el peso de creer que podía salvar a las abejas sola, hoy sé, que si no es en colmena, no se puede. Que en estos momentos solo la unión hace la fuerza, que si no es con sentido común no tiene sentido. Pero también si las obreras están dispersas y no en enjambre está bien, cada uno hace lo que puede desde donde puede ahora. Llegará el momento de juntarnos cuando todos estemos claros, centrados y tranquilos. Cuando perdamos los miedos, cuando nos reconectemos con nuestro propósito, cuando estemos alineados y con confianza para crear nuestra propia realidad.
